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Retomado de observatorio.tec.mx

Por décadas, los videojuegos han sido considerados una mala influencia para niños y jóvenes, se les asocia con el aumento de conductas agresivas, exposición a la violencia y desconexión de la realidad.

Es cierto que demasiadas horas sin supervisión con algún juego cuyo contenido sea violento puede llevar a estas consecuencias, pero todo depende del diseño y propósito del juego. ¿Qué tal si este no está hecho para destruir a un enemigo en específico, sino simplemente para aprender? ¿Podría ser una buena herramienta de aprendizaje?

Los videojuegos comerciales son diseñados para entretener, no educar, pero aún así, se necesita un conjunto de habilidades y competencias para superar los desafíos que proponen.

Las habilidades más básicas que desarrollan la mayoría de los juegos son: comunicación, inventiva, adaptabilidad, pensamiento crítico y persistencia. La diversión que proporcionan los videojuegos a sus usuarios vienen de dos lugares: el placer de superar retos y de aprender.

Sin importar sus contenidos, un videojuego consiste de un sistema de desafíos, para vencerlos, el jugador necesita entender el sistema y trabajar dentro de su misma estructura para alcanzar los objetivos planteados.

Continúa en https://observatorio.tec.mx/edu-news/juegos-y-educacion?utm_source=L%C3%ADderes+externos&utm_campaign=4acfabec41-EMAIL_CAMPAIGN_2019_01_15_LDTEC_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_5363e43805-4acfabec41-236357473

 

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No se trata de liberar la verdad de todo sistema de poder-esto sería una quimera, ya que la verdad es ella misma poder- sino de separar el poder de la verdad de las formas hegemónicas (sociales, económicas, culturales) en el interior de las cuales funciona por el momento.

Michel Foucault

Por Adán Chávez

 

Verdad y ciberespacio

A nivel mundial, el valor ético de “la verdad” ha funcionado por muchos años al periodismo impreso para argumentar a favor del espacio social que se le ha otorgado y que hace posible su existencia: ser el informador de las noticias que se generan en el entorno (próximo y lejano) y, otrora, el cuarto poder. Sin embargo, la importancia que tuvo este medio de comunicación ha ido mermando con la aparición de otros medios de comunicación, como el cine, la radio y la televisión, pero sobretodo en los últimos veinte años por la aparición de la Internet, el caso de México no es la excepción.

El estar informado “verazmente” implica básicamente para el lector llevar acabo una valoración de la noticia dándola por cierta. El consumo de noticias en el ciberespacio, junto con el cambio de sensibilización del consumidor de notas ante el uso de las ‘nuevas tecnologías’, han hecho que el concepto de “verdad” se metamorfosee y traslade los argumentos que la sostenían a un lugar diferente al que la hacía posible antes de la llegada de la digitalización al mundo.

La mayor parte de los principales periódicos que se publican en la Ciudad de México cuentan ya con un lugar en la Internet y se resisten a la desaparición de la forma tradicional que los materializa ante su posible público: el papel. El espacio virtual es uno de los factores que juega un papel preponderante en esta competencia por el(la) lector(a), que ayuda a la construcción de la “verdad” digitalizada, compartida y comentada. ¿De qué elementos se conforma el concepto de verdad en la prensa y de cuáles otros en el ciberespacio?, ¿la diferencia entre unos y otros contribuyen a la desaparición de los soportes físicos –el papel? ¿están desapareciendo los periódicos en México?.

Trailer de la película El reportaje (1953), de Emilio Fernández

 

Periodismo y ética

La historia de la ética en el periodismo es muy reciente si tomamos en cuenta que los antecedentes de los periódicos se remontan un siglo después del nacimiento de la imprenta de Gutenberg, al siglo XV.

Por otra parte, de acuerdo con Rivadeneira (1991):

El nacimiento de la Zeitungswissenschaft (periodismo) en el recinto universitario de Leipzig marca la culminación de un proceso gestado durante los últimos decenios del siglo XIX y el primero del XX. Por vez primera –fruto del talento visionario de Bücher y colaboradores- se planifico una disciplina científica basada en el material disperso sobre el periodismo, tanto en lo concerniente a laética, estética, sociología y economía de esta naciente materia universitaria.

Durante el siglo XX muchos países han generado su propios códigos de ética buscando establecer ciertos principios ontológicos del quehacer periodístico. Actualmente en México, de los más de tres mil medios de comunicación que existen sólo 30 cuentan con códigos de ética periodística, afirmaba en el 2009 Omar Raúl Martínez.

Según Barroso Asenjo (2011) en su propuesta para un código de ética periodística en España:

1. La primera obligación de todo periodista es el servicio a la verdad, de la forma mas objetiva, precisa y exacta posible en virtud del derecho natural que el público en general tiene a conocer la verdad.

Si bien Barroso Asenjo parece ser bien intencionado en el primero de los mandamientos para los redactores de información, aún desde la Universidad Complutense de Madrid, parece ingenuo al apelar no ya a la verosimilitud que propone en su Manual de Periodismo Carlos Marín (2004):

 En el periodismo, la verdad es la que puede comprobarse, la que se puede documentar, con la sola pretensión de que sea verdad periodística; ésta es más verosímil que cierta: el periodista transmite, informa, analiza hechos verdaderos en lo inmediato, pero no necesariamente ciertos.

 

… sino un mito, que casi da al término “verdad” un carácter religioso en periodismo y en la sociedad. Por lo que se mantiene una sustantivación a priori cuando en realidad el uso que se le da en la prensa es como adjetivo calificativo: “x información es verdadera”, con una connotación no sólo positiva sino que lleva a rastras su contraparte: la palabra mentira y la negatividad que la conlleva.

Al respecto el filósofo francés Michel Foucault (1992: 198) nos dice

La verdad es de este mundo; está producida aquí gracias a múltiples imposiciones. Tiene aquí efectos reglamentados de poder. Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su “política general de la verdad”: es decir, los tipos de discurso que ella acoge y hace funcionar como verdaderos; los mecanismos y las instancias que permiten distinguir los enunciados verdaderos o falsos, la manera de sancionar unos y otros; las técnicas y los procedimientos que son valorizados para la obtención de la verdad; el estatuto de aquellos encargados de decir qué es lo que funciona como verdadero.

Tratar, por tanto, de apelar a una “verdad” alcanzable por parte del periodista será únicamente posible si cumple en su discurso noticioso con determinados mecanismos sociales que son los que legitiman o descalifican las enunciaciones, no dependiendo tanto de algún código de ética sino del marco contextual que lo rodea. Más adelante Foucault (Ibíd.: 199) continúa:

Por “verdad”, entender un conjunto de procedimientos reglamentados por la producción, la ley, la repartición, la puesta en circulación, y el funcionamiento de los enunciados.

La verdad está ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen y la mantienen, y a los defectos de poder que induce y que la acompañan. “Régimen” de la verdad.

En la medida en que se profesionalizaron las carreras de periodismo y medios de comunicación en la institución universitaria el siglo pasado, se fueron perfeccionando las técnicas para la construcción de un discurso que, entre otras cosas, fuera “verdadero” y que cumpliera con los requisitos para aproximar a l@s lector@s a la sensación de sentirse verazmente informados. De hecho la creación de la fórmula de preguntas básicas, (atribuida a Melvine Stone de Associated Press) ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué? (Rivadeneira, 1991), forma parte de esto. Además, en la producción de un diario intervienen todo tipo de intereses, desde comerciales, pasando por los sindicales y por supuesto los políticos, los cuales influyen en la construcción de la noticia y de la generación de “lo verdadero”.

Trailer de Todos los hombres del presidente (1976), de Alan J. Pakula

 

A inicios de los años 70 en México, Granados Chapa (1981) señalaba en Excelsior

Lo primero que se ha de reconocer, a cerca de nuestra prensa, es que más que presiones estatales inmediatas, concretas, impide el ejercicio de la expresión libre una autocensura que casi nunca es legítima (pues la hay que tenga este carácter, cuando se finca en la prudencia y en la responsabilidad).

La razón de que esto ocurra así, es que la mayor parte de las empresas periodísticas de México son, antes que nada, negocios destinados a obtener ganancias o poder político, en vez de instituciones dedicadas a servir a la comunidad.

Y aunque el México del nuevo siglo dista mucho de aquellos años en que la relación de los periódicos y el gobierno donde iban agarrados de la mano, con contadas excepciones, la generación del discurso/verdad de la prensa sigue dependiendo de superestructuras que conforman la sociedad, llámense empresarios, iglesias, asociaciones civiles, partidos políticos, sindicatos, medios de comunicación, organismos internacionales, etc.

 

Lector, tecnología y verdad

Cada vez que se habla del número de lectores en México en las campañas prolectura, gubernamentales o de la iniciativa privada, se hace énfasis en el bajo índice de lectores de libros que hay, en los 2.8 libros per cápita que se leen al año (de acuerdo con la OCDE y la Unesco), el bajo número de bibliotecas públicas (una por cada 15 mil habitantes), en el lugar 107 de 108 que nuestro país tiene en las estadísticas de países con bajos índices de lectura (Sheridan, 2007), además de la vergüenza que las clases medias/altas “cultivadas” sienten al desgarrarse las vestiduras porque el grueso de la población no comparte su pasión por la lectura de libros. Leemos muy poco, independientemente de considerar que debemos que generar inercias para mejorar esta situación, creo que este es un factor que ha estado presente en la historia de nuestro país y que incidirá en la posible desaparición del periódico impreso. En los años 80 Manuel Buendía revelaba

a) Comparativamente a su población y a su desarrollo en otros órdenes, México tiene un bajo índice de compradores y lectores de periódicos. (No importa aquí analizar las causas; es simplemente un hecho incontrovertible. Las estadísticas internacionales pueden verse en la UNESCO)

b) Los principales periódicos existentes -con varios lustros de vida- han hecho tipos especiales de lectores y, lo que es mejor para tales publicaciones, cada una tiene un núcleo de fieles, que difícilmente se arriesgarán a dejar su periódico para irse con otro.

A casi 30 años de haberse publicado por primera vez, las palabras de quien fuera autor de la columna Red Privada (independientemente de la aparición de la Internet y los cambios que se generaron en el consumo de información), están vigentes. La lectura de cualquier tipo de texto impreso, sea periódico o libro, no es una actividad cotidiana en la mayoría de los habitantes de México. ¿Quiénes son los que consumen noticias en la red?, ¿cómo lo hacen?, ¿qué tanto se lee en estos espacios virtuales?, ¿qué edades tienen? ¿de qué manera se han modificado los consumos?

Es claro que hacen falta investigaciones serias que ayuden a dar respuesta a esas preguntas, pero sin pensarlo mucho sí podemos afirmar una diferencia elemental es el asunto táctil relacionado con el cuerpo. No es lo mismo la manipulación del objeto periódico por parte del sujeto (el tener que desplazarnos hasta el puesto más cercano para adquirirlo, la posición física que se adquiere al leerlo, incluso para guardarlo y los posibles dobleces que conlleva) que el acceso a la pantalla de la computadora, teclado, mouse y el ciberespacio desde el entorno de privado del hogar a la hora que se disponga, a las noticias y la cantidad de sitios que se quiera. Ahí ya hay un cambio en los comportamientos. No fue casual que la Unión Europea encargara a Pierre-Levy en 1997 el informe que ahora conocemos con el título de “Cibercultura”, que es una reflexión sobre el significado de los cambios que las tecnologías digitales y la world wide web estaba trayendo en las personas de esa zona del mundo, las modificaciones de conductas fue uno de los resultados.

Avance de la serie House of cards, primera temporada

producida por David Fincher

 

Las formas que han adoptado las empresas editoras de periódicos al tratar de no rezagarse ante los cambios tecnológicos de la época, han implicado la apertura de sitios en Internet, el servicio de descarga del diario en versiones digitales para dispositivos móviles, la generación de una hemeroteca digital; y en sus páginas web la presentación de noticias actualizadas a lo largo del día, la posibilidad de buscar una interacción con el usuario, que no sólo lee sino que también tiene la oportunidad de hacer comentarios sobre casi todos las noticias y artículos que se publican, y de compartirlas en las redes sociales; la convergencia de otros medios como el video y el audio generadas por el mismo periódico o por otro sitio.

Todos estos elementos infieren en la construcción del nuevo discurso, las mismas instituciones generadoras de información (gobiernos, empresas, iglesias, ong’s, partidos políticos) de todo el mundo, se han acoplado a los cambios tecnológicos y contribuyen desde sus trincheras virtuales a la construcción del imaginario donde la verdad se ha metamorfoseado, ha sido renovada desde los mismos lugares que otras épocas, pero tiene un nuevo miembro en “la mesa de redacción” que la genera: el usuario.

Trailer de la película El periódico (1994), de Ron Howard

 

Las nuevas formas han generado conceptos como el de “cultura participativa” en donde el usuario tiene un lugar central, Jenkins nos dice

El término “cultura participativa” contrasta con nociones más antiguas del espectador mediático pasivo. Más que hablar de productores y consumidores mediáticos como si desempeñasen roles separados, podríamos verlos hoy como participantes que interaccionan conforme a un nuevo conjunto de reglas que ninguno de nosotros comprende del todo. No todos los participantes son creados iguales. Las corporaciones, e incluso los individuos dentro de los corporativos, ejercen todavía un poder superior al de cualquier consumidor individual o incluso al del conjunto de consumidores. Y unos consumidores poseen mayores capacidades que otros para participar en esta cultura emergente.

Independientemente del grado de influencia que el usuario tiene en las páginas informativas, antes no contaba con nada, hoy -mucho o poco- su voz se hace escuchar.

 

Conclusiones

Los consumos de información noticiosa han cambiado sustancialmente con la llegada de las tecnologías digitales. La desaparición del periódico impreso vive sus últimos años ante la aparición de consumidores de noticias más participativos, que han encontrado en las formas que en el ciberespacio se proponen, una forma de contribuir en la construcción del discurso.

La verdad que se enuncia en los códigos de ética periodística no es más que una etiqueta que: a) busca seducir a los lectores, convencerlos de la fidelidad de la información, b) a los reporteros, periodistas y demás personal que labora en los periódicos, de que trabajan teniendo como tótem una verdad que es única, y c) contribuye al imaginario social y al sistema de creencias de cada lugar en que se invoca.

La prensa impresa en nuestro país padece de los mismos vicios y enfermedades que el resto del mundo, la reciente globalización ha acelerado los tiempos y le ha aproximado tecnologías de primer mundo que ayudan al traslado de información a las plataformas digitales. La verdad también se reconfigura en el medio periodístico nacional e intenta colocar en su avatar del ciberespacio todas su capacidades y fuerzas discursivas, pero también ha adquirido nuevas y ventajosas características que la hacen más atractiva y fuerte. El periódico terminará su ciclo en los años que vienen, indudablemente se resistirá a dar su último suspiro, luchará por sobrevivir al lado de quienes viven de esa industria editorial (informadores, distribuidores y vendedores) pero terminará por ceder al cambio. Lo analógico entregará las últimas llaves de la casa al espacio virtual.

Trailer de la película Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles

 

Referencias

– Barroso, Porfirio. “Códigos de deontología periodística: análisis comparativo”, Universitas, Revista de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador, 141-176, julio-diciembre 2011, No. 15, 36 páginas.

– Buendía, Manuel. Ejercicio periodístico. Fundación Manuel Buendía, México, 1996.

– Foucault, Michel. Microfísica del poder. Las ediciones de La Piqueta, Madrid, 1992.

– Granados Chapa, Miguel. Excelsior y otros temas de comunicación. El Caballito, México, 1980.

– Jenkins, Henry, Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación, (Barcelona), Paidós, 2008.

– Lévy, Pierre. Cibercultura. La cultura de la sociedad digital. Anthropos-Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2007.

– Marín, Carlos. Manual del periodismo. Grijalbo, México, 2004.

– Rivadeneira Prada, Raúl, Periodismo. La teoría general de los sistemas y la ciencia de la comunicación, México, Trillas, (1977) 1991.

 

INTERNET

http://www.periodistasenlinea.org/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=12768&mode=thread&order=0&thold=0, con fecha 4 de junio de 2009, consultada el 30 de marzo de 2014.

http://www.letraslibres.com/revista/columnas/la-lectura-en-mexico1, abril de 2007, consultada el 30 de marzo de 2014.

sem-porta984

Lo que vieron mis ojos fue simultáneo:
lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es.

J. L. Borges

Xabier J. Coronado

A finales del pasado siglo, la irrupción en el marco de la sociedad humana de internet –un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas–, ha significado una revolución en muchos aspectos. El laberinto de la red de redes se ha convertido en una galaxia en expansión que invade nuestra vida cotidiana; se trata de un acontecimiento que marca con claridad una frontera histórica: la era digital.

La revolución virtual

Aunque la primera red interconectada se remonta a finales de 1969, cuando se establece el enlace entre la UCLA y la Universidad de Stanford, no es hasta 1990 cuando comienza a extenderse la Red Informática Mundial (World Wide Web), lo que conocemos por “la web” o “triple w”, un sistema de distribución de documentos interconectados de hipertexto y multimedia accesibles vía internet. Después de veinte años de propagarse, la web se ha convertido en algo indispensable para la mayor parte de la sociedad, tanto a nivel laboral como en el campo de las relaciones personales.

La revolución tecnológica es un movimiento global que se transforma vertiginosamente y el ser humano no es totalmente consciente de lo que está sucediendo y de las repercusiones que –a corto, mediano y largo plazo– tendrá en la evolución de la sociedad. En un principio el fenómeno del correo electrónico y, posteriormente, la propagación de las redes sociales a través de la llamada web 2.0, cambiaron radicalmente nuestra manera de comunicarnos. Este camino tecnológico provoca cambios que nos obligan a replantear muchas cosas.

Ante esta realidad virtual tan determinante, las transformaciones se están produciendo a todos los niveles y a veces de forma radical: las instituciones educativas, el sistema económico, la vida política y el mundo cultural se han visto impulsados a modificar sus dinámicas de funcionamiento; por su parte, una cifra incalculable de individuos han cambiado la manera de relacionarse con su entorno social. La vida diaria está inmersa en un marco virtual que cada vez ocupa más nuestro tiempo.

Las áreas del conocimiento y la creación también se han visto afectadas y el nuevo escenario rompe moldes. Las manifestaciones artísticas están sufriendo el embate de las nuevas tecnologías y se abren posibilidades aún por explorar.

Literatura y nuevas tecnologías

La literatura ha sido, entre las artes, una de las más turbadas y seducidas por las nuevas tecnologías; fue precisamente un escritor visionario, Arthur C. Clark, quien, en 1970, en un artículo firmado por Wernher von Braun para la revista Popular Science, anunciaba lo que estaba por llegar: “Imagina una consola en tu oficina que combina, oprimiendo un botón, los servicios de un teléfono, una televisión por cable, una fotocopiadora y una pequeña computadora electrónica conectada a un sistema sincronizado satelital; esta consola podrá poner todo el conocimiento acumulado del mundo al alcance de las manos.”

Los nuevos tiempos exigen una reconsideración sustancial de la literatura porque los conceptos de libro, escritura y lectura están cambiando. La puesta en escena de otros elementos creativos –el hipertexto, la imagen en movimiento, la música o el dibujo–, multiplica las posibilidades del discurso narrativo y la producción de obras nuevas. La industria editorial se reorienta y el libro cede paso a soportes digitales que facilitan la autoedición.

En estos tiempos debemos adaptarnos a leer los libros en un dispositivo electrónico: es ganancia para la literatura y la lectura. Los libros digitalizados cambiaron el panorama de la edición y difusión de textos: papel y tinta van desapareciendo. El libro digital genuino difiere en muchos aspectos del digitalizado: no tiene antecedente físico y pone en juego planos virtuales de textos, imágenes y sonidos al servicio del hecho narrativo. El uso de la computadora para la creación literaria permite al texto electrónico ser multilineal, multimedial e interactivo, aspectos que le confieren su naturaleza virtual irreversible.

Es indudable que se están produciendo novedades y cambios en aquello a lo que estábamos acostumbrados, aunque tales transformaciones todavía no se procesan del todo bien y deberá pasar tiempo para tener una idea clara de lo que suponen. Un factor importante es que los aparatos multifuncionales son relativamente asequibles y su uso se facilita por cuestiones económicas de consumo. Con sólo intentarlo, cualquiera puede grabar imágenes y sonido, escribir en varios formatos, dibujar, y un largo etcétera de posibilidades; por eso en la red hay de todo y mucho es experimental o improvisado. Un dato: en diversas universidades ya existen asignaturas de narrativa digital, revistas, páginas web y premios que son el vivero de una nueva generación de escritores.

Los escritores siempre han sido reflejo de su tiempo, sus obras aportan imágenes que interpretamos mentalmente, porque leer establece vínculos, significa dialogar y los libros han sido interlocutores de la evolución del pensamiento humano. El puente establecido entre escritor y lector adquiriere nuevas dimensiones gracias al soporte digital. Este panorama, donde se abren otras formas de construir y difundir en el mundo literario, es una realidad incuestionable y nos invita a reflexionar desde posturas abiertas sobre la llamada literatura digital.

TEXTO TOMADO DE LA JORNADA SEMANAL Y QUE CONTINÚA EN http://www.jornada.unam.mx/2014/01/12/sem-xabier.html

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Dallas, 17 de septiembre.

La primera biblioteca pública digital en Estados Unidos, sin libros de papel y sólo con tomos en edición electrónica, abrió sus puertas este fin de semana para servir a los residentes de San Antonio y demás habitantes del condado de Bexar.

La denominada BiblioTechotorga acceso desde este sábado a unos 10 mil títulos digitalizados, que pueden ser consultados dentro de la biblioteca en terminales de computadora y entablets o llevados a casa en una tarjeta de memoria.

Los libros también pueden ser consultados a distancia, mediante internet, por los usuarios registrados que cuenten con un teléfono inteligentesmartphone, tablet o computadora personal.

Funcionarios de Bexar informaron que la BiblioTech ha sido dotada de unos 600 lectores electrónicos, 200 de ellos precargados con libros para niños. Además cuenta con 48 computadoras de escritorio, 10 computadoras móviles y 40 tablets.

Además de la lectura de libros electrónicos, ofrecerá servicios de internet y clases de computación de manera regular.

LA NOTA CONTINUA EN: http://www.jornada.unam.mx/2013/09/18/cultura/a06n2cul

la jornada

El Centro Cultural de España exhibe 100 trabajos de 80 artistas

Se trata de una corriente que es una especie de continente vacío o un nuevo planeta, señala Gustavo Romano, curador de la exposiciónDesmontajes: Re/apropiaciones e Intrusiones

La muestra permite la participación lúdica del visitante, anuncian los organizadores

 

Videojuegos que en vez de promover la guerra, la cuestionan, o portales que recopilan los males del hombre moderno son ideas del llamado Net.art, obras intangibles que provienen, metafóricamente, de un continente vacío o de un nuevo planeta.

Son expresiones artísticas producidas y replicadas en Internet y se pueden apreciar en la exposiciónDesmontajes: Re/apropiaciones e Intrusiones. Tácticas del arte en la Red, montada en el Centro Cultural de España.

Integrada por más de un centenar de obras creadas por 80 artistas del mundo, principalmente de Iberoamérica, la muestra no es una apología de los nuevos medios, sino la confrontación sobre la concepción de la tecnología como espectáculo con los estereotipos sociales y las rutinas cotidianas que la misma fomenta en el arte contemporáneo, explicó en entrevista el curador Gustavo Romano, durante la inauguración.

 

La nota de periódico continúa en http://www.jornada.unam.mx/2013/08/06/cultura/a05n1cul

 

 

Por Sharon S. Villanueva

@vi_rouge

Los seres humanos han habitado la faz de la tierra durante miles de años, viviendo en diferentes zonas que van más allá de un lugar físico. Se trasladan en espacios afectivos, históricos, estéticos, etc., que son significativos e importantes debido a que por medio de ellos se intenta conocer cómo se establecen las relaciones socio-culturales y de comunicación.

Pierre Levy, filósofo tunecino, explica que existen espacios antropológicos, que son planos de existencia donde se desenvuelve el ser humano y, que están presentes en todas partes y poseen determinada frecuencia y velocidad (1).

También comenta que deben ser entendidos como mundos de significación (2) y no de categoría (3).

El primer espacio corresponde a la Tierra, que es la frecuencia de base, constituido como un cosmos donde ocurren metamorfosis que permiten al ser humano elaborar y reelaborar por medio de sus creaciones, aquellas fronteras de identidades.(4) Aquí los mitos sobre dioses, catástrofes divinas, criaturas mágicas o demoniacas cobran especial significado.

1. Es en este Espacio de la Tierra donde se instaura una velocidad que supera la de la vida animal: La de los lenguajes y la técnica de la cultura (5).

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El siguiente es el Territorio, sedentario, las innovaciones se refuerzan y se conectan mutuamente, adquiriendo una potencia de expansión. (6) Es habitado por la memoria y experiencia de los pueblos (7), se renueva por medio de la división social y la unificación de territorios; se caracteriza por la adaptación del espacio físico a las necesidades del hombre y, con la escritura se deja testimonio de lugar-tiempo.
El territorio entonces es la estructura que ha perdurado por el paso de la humanidad (8).

2. Constituye la primera velocidad que el ser humano logra percibir: se establecen fronteras, imperios, así como gobiernos.

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El tercer espacio es el de la Mercancía (9). Ésta «célula económica de la sociedad burguesa» (10) funciona por el Territorio y es creación del Estado.
Pierre Levy menciona que el capitalismo transmuta en mercancía todo lo que logra arrastrar a sus circuitos (11). En términos explicados por Marx, tiene que ver con la tendencia de las sociedades de explotación que dan a los dos factores de valor (12) una preponderancia mayor en relación a su abundancia o escasez.

3. El espacio de la Mercancía inventa la aceleración. No por el espacio de intercambio, sino por la circulación incesante, cada vez más densa, cada vez más rápida del dinero.

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Finalmente es importante decir que el espacio del Saber, debe ser entendido no solo mediante conceptos como el conocimiento científico, el técnico o el clasificado por las academias, también se trata de un saber-vivir o un vivir-saber (13) es decir, se habla de un conocimiento que aborda los pensamientos cuerpo, sentido, experiencia, etc., de los cuales surgen intelectos colectivos (14) que generan nuevos espacios de comunicación. Basta con recordar al Rizoma (15) que puede verse ejemplificado con la conexión de redes que simultáneamente se conectan entre diferentes puntos sin estar subordinados jerárquicamente.

4. El espacio del Saber, se considera utópico, y es llamado espacio virtual, está habitado y animado por intelectos colectivos y aun esta en búsqueda de su autonomía.

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Es por medio de la interacción simultánea e integración de los espacios antropológicos, que se espera organizar la existencia y sociabilidad de las comunidades humanas (16) con miras a renovar el panorama de futuros ámbitos de convivencia social.

Bibliografía y Referencias

(1) Levy P. (2004) Inteligencia colectiva. Por una antropología del Ciberespacio. Recuperado de http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/public/documents/pdf/es/inteligenciaColectiva.pdf

(2) Definición: la significación es un proceso que asocia un ser, una idea o un hecho a un signo que la representa. Importancia, influencia o valor que tiene un hecho. Fuente: http://es.thefreedictionary.com/significaci%C3%B3n

(3) Definición: Jerarquía de una persona o cosa en una clasificación según su importancia o grado. Fuente: http://es.thefreedictionary.com/categor%C3%ADa

(4)(5)(6)(7)(8)(9)Levy P. (2004) Inteligencia colectiva. Por una antropología del Ciberespacio. Recuperado de http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/public/documents/pdf/es/inteligenciaColectiva.pdf

(10) (12) Marx K. Concepto de Mercancía. Recuperado de: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-Mercancia.htm

(11)(13)(14) Levy P. (2004) Inteligencia colectiva. Por una antropología del Ciberespacio. Recuperado de http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/public/documents/pdf/es/inteligenciaColectiva.pdf

(15) Deleuze G. (1977) Rizoma: Introduction. Recuperado de: http://www.fen-om.com/spanishtheory/theory104.pdf

(16) Levy P. (2004) Inteligencia colectiva. Por una antropología del Ciberespacio. Recuperado de http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/public/documents/pdf/es/inteligenciaColectiva.pdf

Por Erika C. Arteaga

En 1967 Marshall McLuhan declaró en El medio es el masaje que “¡El shock del reconocimiento! En un ambiente de información eléctrica, los grupos minoritarios ya no pueden ser contenidos —ignorados. Demasiadas personas saben demasiado las unas de las otras. Nuestro ambiente obliga al compromiso y a la participación. Cada uno de nosotros está ahora irrevocablemente envuelto en la vida de los demás, y es responsable de ellos” esto lo anota bajo el título de “los otros” con su carga de anonimato y deslinde. En seguida [en la página siguiente, para ser exactos] continúa: “no hay en absoluto inevitabilidad cuando se está dispuesto a contemplar lo que está sucediendo”.

http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=endscreen&v=ImaH51F4HBw

Faltaba mucho para que El gran hermano se transmitiera por televisión, o para que facebook hiciera su aparición en nuestras vidas. Sin embargo, McLuhan ya hablaba de la gran posibilidad de reunión de intereses e interesados a partir de un medio y de su información. Él dijo, ya no pueden ser contenidos—ignorados; hoy menos que nunca pasa así.

Pero el saber del otro es sólo una consideración. ¿De qué sirve saber algo de alguien? La información que se tenga de una persona nos da cierta posición social o en el mínimo caso, una posición ante la otra persona. Epistemológicamente podemos concebir esto como las nuevas formas de aprehensión y conocimientos de las personas. Políticamente sirve para ejercer poder sobre ella.

La cohesión social es natural, las sociedades existen porque las comunidades –a partir de la conjunción de intereses– crecieron. Las manifestaciones de esa cohesión social son culturales, y utilizan distintas vías para poder ser como el arte y los medios de comunicación. De entre las manifestaciones siempre se ha encontrado la inconformidad con el sistema. Lo que contrae y depara en reacciones de censura y prohibición, secuestrando a los mismos medios.

Pero, estas nuevas formas rizomáticas de cohesión humana, de gran alcance han surgido de diversas formas y causas. Una de ellas es la que ha dado origen a movimientos sociales, aquí denominadas comunidades efervescentes.

Efervescente vs espontánea

La espontaneidad está al abrir la lata de refresco agitado. Antes de esa agitación no había nada, y muy posiblemente, si no se agita, no pase nada, no pierda sus propiedades. Lo efervescente nació con esa característica, no tiene efecto si no pasa por el estado efervescente y cumple sus objetivos bajo esa efervescencia; ésta es entendida como el escape de un gas de una solución provocando el burbejeo en un líquido, es una característica intrínseca, inducida más que provocada. Así podemos pensar en las comunidades virtuales, como comunidades efervescentes.

Algunas observaciones sobre estas comunidades:

  • Se      gestan en redes sociales
  • Tienen      alto grado de virtualidad: en sus acciones, en sus manifestaciones y sus comunicaciones      (incluyendo sus códigos)
  • Sus      encuentros nacen en buena medida de sus emociones; en segundo lugar de sus      ideales porque de lo contrario buscarían vías institucionalizadas,      legales.
  • Son      colaborativas para mantenerse, dar el siguiente paso, y lograr lo      propuesto aunque esto no siempre se cumpla.
  • Cuasi      anónimos porque lo que menos importa es quién sea sino su poder de      convocatoria y acción. Aunque se da el hecho de que los líderes se      conozcan personalmente, o los integrantes se relacionen en otras      plataformas o redes.
  • Número      ilimitado de participantes.
  • No      exista una total cohesión. Como todo grupo social puede que existan los      radicales y los conservadores, tanto en pensamiento como en acción.
  • No están      obligados a permanecer, aún si no se han cumplido sus objetivos.
  • Una vez      terminada la efervescencia se desvanece o baja su actividad, es decir,      tiene caducidad.
  • El      objetivo es uno, el que los mantiene como comunidad. Si se cumple, bien,      si no puede que se tomen otras vías u otras redes, grupos.
  • Utilizan      los medios de comunicación convencionales para mantener su vigencia o      manifestarse, aunque debido a su origen en un medio alternativo, tengan      alguna disonancia o discordia con estos medios. Además, los medios han      ignorado estos grupos por décadas, y si voltean a verles es con el afán de      espectacularidad, escándalo o novedad.
  • Esperan      trascender en la historia, en la plataforma.

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Un ejemplo claro es la Primavera Árabe, gestada en las redes sociales y de alcances revolucionarios. Otro fue el movimiento Yo Soy 132 que aunque no se gestó directamente en una red social, su seguimiento y vigencia la vivió en las redes sociales, aunque su efervescencia fue fugaz.

Su interés no es el económico —o no en el sentido mercantil—. Ha servido de desfogue, de recurso mediático alternativo no sujeto a normas de Estado (o por lo menos no a su Estado) donde no hay tiempos ni espacios regulados/reguladores. El único requisito es tener en efervescencia las emociones que los lleven al acto (donar, recabar fondos, llevar su voz a las calles, publicar.)

Un ejemplo son todas las comunidades que existen en Facebook para localizar personas, bajo cualquier condición; o para ayudar a una causa.

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Según el libro Digital Humanities, los gobiernos también se han volcado a las redes sociales para su ventaja y como medios manipuladores “al interceptar envíos y contraseñas, pidiendo a los usuarios acordar las nuevas políticas de seguridad y coincidir en otras técnicas coercitivas […] pueden acumular tesoros de datos para identificar disidentes, abuso de poder o crear cortinas de humo sobre la opinión pública”, en resumen no sólo dan pie a los fines democráticos de las comunidades si no hacen posible la vigilancia, prevención, anticipación dominación y el sometimiento en otra escala.Digital_Humanities_portada

No obstante, estas comunidades efervescentes también tienen el objetivo solidario de reunir fondos o víveres para ayudar una causa, una persona, lo que ha dado paso a uno depender de —no totalmente— de las instituciones, a una amplitud de participantes a nivel mundial: encontrar-reencontrar personas, compartir historias-causas, dar a conocer un síntoma-enfermedad en voz del/los enfermos.

El gran pero  es que toda efervescencia, la catarsis, la espuma baja. Pero probablemente la puerta para adherirse a otra comunidad está abierta. Entonces “los otros” de McLuhan ya no los son, se trata del “nosotros”, con voz, voluntad y poder de acción.

Alvaro Valerio Rivero Soto

Cada vez notamos con más persistencia, el impacto de la tecnología digital en las formas en que percibimos la vida y nos relacionamos sensiblemente con las cosas y las personas. Lentamente, lo digital pasa de ser un artículo de consumo al marco cognitivo en donde se desarrollan las relaciones personales, profesionales y se ambienta una cambiada percepción de la realidad. No se trata solo de herramientas disponibles, tiene que ver con la manera de como creamos nuevos esquemas de organización, de pensamiento y acción, no para hacer mejor lo que hacíamos, de la forma en que lo hacíamos, sino para hacerlo de forma diferente.

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Somos espectadores de algo nuevo. El inicio, como muchas cosas, comenzó con la academia y el ejercito, pero el primer impacto fue en el consumo, como lujo y curiosidad, entretenimiento de unos pocos. El siguiente impacto, de los más importantes, fue en los medios de comunicación, donde la experiencia de producción y consumo cambia conforme la tecnología digital agrega posibilidades nunca antes vistas ni siquiera pensadas. Internet, como brecha, concentró la convergencia donde ahora confluye la información, el entretenimiento, el trabajo, la noticia y la manera de relacionarnos con los demás.

Este cambio en las técnicas, los medios y la percepción, también ofrece la posibilidad de plantear nuevos esquemas de organización y de producción de las ideas. A partir de herramientas como la colaboración deslocalizada en tiempo real y la capacidad inmensa para procesar datos, tenemos que pensar seriamente en que existen las capacidades y el marco para la creación de una inteligencia colectiva.

Desde un esquema que parecía inmutable, la inteligencia fue don personal y patrimonio individual. La capacidad tal vez innata para trabajar en equipo, tarea obligada para proyectos los cuales una sola persona no puede realizar, resulta ser un conjunto de inteligencias y habilidades y no una inteligencia colectiva. Organizados de forma vertical la mayoría de la veces, los grupos de trabajo dependen de una cabeza que en ultima instancia toma las decisiones. En el fondo de la pirámide solo se siguen ordenes.

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Pensamos y decimos de este y de aquel que tiene una inteligencia sorprendente, una gran capacidad. La genialidad tiene nombre y podemos recordar a personajes por sus grandes aportaciones al conocimiento y la ciencia. Valoramos también las diferentes inteligencias que permiten a los nativos de la selva amazónica o a los esquimales, vivir en su entorno donde perciben matices, oportunidades y peligros que otras personas no podrían distinguir. Sabemos que la inteligencia no es una sino muchas. La inteligencia y precisión que necesita un pastor montañez para dirigir su rebaño de animales por los desfiladeros, no le pide nada a la precisión que requiere un neurocirujano en una operación.

Dicho esto, todavía continuamos pensando en la inteligencia en los términos acostumbrados, desde la correspondiente al plano personal  hasta el conjunto de ideas necesarias para construir un puente; pensemos ahora en los términos de una inteligencia colectiva que va más allá del conjunto de inteligencias.

Tomaremos las ideas y los conceptos de inteligencia colectiva que ha desarrollado Pierre Lévy de manera extensa; desarrolla una propuesta ágil e inteligente y la enmarca en la posibilidad, en la idea de un nuevo humanismo basado en el reconocimiento y diferenciación de las personas a través de un renovación moral, que es dada por la relación con el conocimiento en ambientes de colaboración horizontales.

Pierre Lévy habla de un nuevo espacio antropológico y económico que surge de un mundo que ha cambiado a partir de la tecnologías digitales, un mundo con medios y herramientas que soportan la creación de redes y sujetos cognitivos abiertos, entornos de colaboración y una novedosa dimensión de la comunicación.

La inteligencia colectiva habla de colectivos inteligentes, un nuevo discurso, una nueva lengua (marco común de referencia) y renovadas formas complejas de organización social. La personas encuentran los mecanismos para expresarse y contribuir con experiencias y competencias únicas, en un proceso dinámico de intercambio de conocimientos. Más allá de las diferencias y singularidades de las personas, se articula un discurso social común, el cual se enlaza a través de finalidades culturales, morales, laborales y estéticas. Se crean nuevos espacios de conocimiento en donde los aportes surgen dentro de la interacción de un marco común que potencializa las habilidades y las destrezas cognitivas de los individuos.

Es posible entonces la creación de un nuevo humanismo basado en la renovación del vinculo social más allá de la idea de raza, etnia y origen social, un humanismo que se basa en principios éticos de colaboración y respeto y en la valoración de los individuos. Un inteligencia colectiva con fundamentos en la competencias, el conocimiento y el saber donde se reconoce plenamente a los individuos, a la vez que fomenta la singularidad y rechaza dogmatismos y manipulaciones de todo tipo. Un humanismo centrado en el proceso de crecimiento de las personas y sus entornos sociales y ambientales, donde la moneda de intercambio común es el conocimiento.

La inteligencia colectiva es una inteligencia distribuida en partes, coordinada, que se comunica en tiempo real y se apoya en herramientas digitales para la colaboración y el intercambio de información. Pierre Lévy lo concibe como un proyecto global, que debe ser encaminado y promovido,  que puede dar como resultado un impulso al desarrollo global, en el marco de soluciones colectivas e inteligentes para resolver problemas comunes y locales a través de experiencias y conocimientos compartidos.  Puede ser también el inicio  de una nueva forma de verse entre la personas, una estética de percibir y entender al otro más allá de las fronteras nacionales, religiosas, ideológicas, de raza, etnia y origen. Percibir a las personas en cuanto son capaces de aportar a la experiencia común desde su ámbito de entendimiento, que puede ser la calle, el campo, la casa o la profesión.

La propuesta es más que interesante, propone una igualdad conceptual mediada por la tecnología digital, animada por el bien común, la oportunidad de crecimiento y la forma de poder reconocer a las personas dentro del medio de sus aportaciones. Esperemos ver que efectivamente dogmatismos y oportunistas no se apropien de la idea de inteligencia colectiva. Puede que estamos ante ultimas oportunidades, espero no la ultima, de refundar las bases del entendimiento y resolver los grandes problemas que podrían hacer colapsar la civilización tal como la conocemos. Es realmente una posibilidad de enfocar la mirada más allá de la diferencias, el etnocentrismo y el individualismo y crear algo nuevo, provechoso para las personas y el entorno. La herramientas digitales brindan, ahora más que nunca, la oportunidad de hacerlo y la red, el ciberespacio es el lugar de confluencia que absorbe las distancias y el tiempo. No hacerlo sería desperdiciar una de las pocas oportunidades de cambiar, pero también sería un desperdicio de todo: de talento, de ideas, oportunidades, y la tal vez, una división mayor y finalmente, la extinción de las inteligencias.

Inteligencias colectivas. Por una antropología del ciberespacio. Pierre Lévy, 2004.

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Por Alvaro Valerio Rivero Soto

Los medios digitales han comenzado a cambiar las perspectivas y tendencias para investigar y compartir el conocimiento. Nuevos modos se incorporan a las posibilidades existentes y en algunos casos las complementan y mejoran. Así, el libro no es menos que lo digital; lo impreso conserva sus útiles cualidades al funcionar exitosamente durante más de 500 años; continuará como un soporte fundamental en la generación y transmisión de las ideas. Lo digital en tanto, añade características que vale resaltar, no existen ni son posibles en ambientes analógicos; adiciona métodos y posibilidades, con  novedosos enfoques y recursos ampliados, lo cual no implica menor rigor metodológico. Sin embargo, si implica que el profesional en la generación y gestión del conocimiento se vincule a campos como el diseño, el ambiente de computo, el trabajo multimedia, las redes, internet y los ambientes de colaboración donde se genera y se intercambia información. Podemos decir que la tecnología es una facilitador de la investigación, pero también proporciona las herramientas para generar nuevos modelos de conocimiento y alcances.

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Nos basamos en el libro “Digital Humanities” (The MIT Press, USA, 2012), en su capítulo segundo,  para conocer y analizar el impacto de lo digital en las humanidades y en la generación y transmisión del conocimiento en general. Propone describir los métodos y las practicas emergentes dentro de una matriz tecnológica, la cual promueve la reutilización y circulación de los contenidos culturales y científicos. Así mismo, lo digital expande practicas como la analítica cultural y de fenómenos, el rastreo de datos y la visualización e incorpora nuevos elementos como los llamados “objetos digitales” tales como animaciones, objetos 3D, correos electrónicos, páginas web, tweets y gráficos que no existían. Los impactos más significativos se dan en las tareas para la curación de información, la edición de contenidos, el análisis de grandes números, las nuevas valoraciones, la apreciación y visualización, la gestión de archivos y en la búsqueda profunda de datos. Cada impacto se logra con la incorporación de nuevas herramientas.

La curación, vista como el quehacer para organizar, preservar y gestionar el conocimiento, se ha visto beneficiada y expandida en términos de sus funciones y ha ampliado sus prácticas y técnicas con lo digital. Nuevas formas de organizar, una amplísima capacidad de procesamiento y la automatización, permiten para la gestión y búsqueda de datos, más amplitud que nunca.

Las ediciones aumentadas, la cuales integran la práctica del hipertexto y la visualización de recursos, permiten nuevas posibilidades en la creación de ambientes de difusión y colaboración, con capacidad para distintas versiones, lenguajes y enfoques, lo que se podría llamar nuevos modos de contenido, donde se ensayan recientes formas de retórica, argumentación, orden de las ideas, yuxtaposición de recursos, navegación dentro del contenido y análisis.

La disposición para generar y analizar grandes números, dada por el aumento en la capacidad de almacenamiento y procesamiento de computo, ha impactado directamente en las investigaciones cualitativas. Se ha ensanchado el horizonte conforme ha aumentado la información y la capacidad para relacionar y visualizar grandes conjuntos de datos. Técnicas de mapeo, de evaluación y distribución se utilizan para determinar patrones y comportamientos que anteriormente hubiese sido muy complicado o imposible detectar.

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La nuevas valoraciones implican cambios en la visualización, con el fin de distinguir tendencias a gran escala, patrones y relaciones, no distinguibles en un solo texto sino en el conjunto de ellos. Inicia el concepto de lectura ampliada, la cual incluye la suma de recursos digitales que carece la lectura tradicional cercana. Los enfoques tradicionales de lo general/particular se pueden ampliar a expresiones como zoom in/zoom out, macro/micro, superficial/profundo, simple/complejo, vistas en conjunto y posible tiempo real. Como resultado se pueden llegar a tener una perspectiva más amplia en la apreciación, la búsqueda de datos, la visualización de ideas y el análisis de los contenidos. Algunos de los recursos utilizados son los mapas, gráficos e ilustraciones, pero también se agregan vínculos con lugares, archivos de texto, animaciones, videos, ambientes web y soportes de trabajo como el software, que implica funciones, diseño y arquitectura de trabajo. Con estos recursos podemos incluir y desplegar datos y materiales de tipo histórico, conceptual, demostrativo, contrastante, etc. que permitan reforzar los argumentos y conclusiones más allá del texto, con el poder de desarrollar potenciales conceptos y de reimaginar los ya existentes.

La mejora en los modelos de escritura y aprehensión del conocimiento implican modelos digitales de lectura, los cuales exigen el desarrollo de competencias para el usuario, pero superadas, implican un avance y la oportunidad para vincularse a recursos como el acceso y distribución del conocimiento en ambientes compartidos y de colaboración, de interacción, retroalimentación y nuevas audiencias. Estos recursos permiten afrontar proyectos inter y transdiciplinarios, proyectos largos, complejos, con múltiples locaciones y promueven la creación de distintas formas de relacionarse con el conocimiento. Entre los recursos se encuentran las conferencias y enlaces por video de bajo costo vía IP, los ambientes de colaboración, el chat, las plataformas de capacitación a distancia, los archivos compartidos, los sistemas de información geográfica y el computo distribuido, los cuales agregan nuevas experiencias de intercambio, navegación y visualización soportadas por el software.

Los datos y la información como archivos digitales le proporcionan vida a un acervo, cuando se convierte en modelo de participación para la consulta y producción de contenidos, con el enfoque centrado en los usuarios y con una variedad de escenarios de uso, lo cual requiere el cambio en el roll tradicional del archivo como repositorio de la memoria. Este cambio promueve nuevas relaciones entre los participantes y un replantear de las reglas, restricciones, almacenamiento y despliegue de los contenidos, que abarque la participación activa de la comunidad y los interesados.

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Lo digital también facilita la reutilización de los contenidos y la salida en múltiples plataformas y formatos; se pueden crear distintas versiones de una variedad de orientaciones, diferentes niveles de interés y grados de detalle. Finalmente, la posibilidad en la mezcla y pastiche de contenidos, genera nuevas formas de expresión al resignificar lo existente y proporcionarle una nueva dimensión, en el ámbito del sentido y la significación.

Sin duda, nos encontramos ante una época diferente y excitante, donde a través del desarrollo de nuevas herramientas, en esta caso, las herramientas digitales, se han ampliado las posibilidades para crear y compartir el conocimiento. Potencializando las capacidades, se puede hacer más y con mayor rapidez, con el mismo rigor y con mayor riqueza argumental y expresiva. Es una buena oportunidad para hacer las cosas mejor, y por que no, más divertidas.

Descargar libro electrónico:  Digital Humanities (The MIT Press, USA, 2012)